CHILPANCINGO - Estudiantes de Ayotzinapa destrozaron este martes las instalaciones y vehículos de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero, estado del sur de México, donde protestan tras la fuga de un policía estatal acusado de matar a uno de sus compañeros, Yanqui Kothan Gómez.
La manifestación ocurrió tras la conferencia matutina del presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien reveló que el oficial se fugó con la presunta complicidad de autoridades locales, aunque otros dos policías implicados permanecen detenidos.
Los normalistas de Ayotzinapa e integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) se trasladaron hacia Chilpancingo, la capital de Guerrero, en nueve autobuses y otros cuatro vehículos.
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Trabajadores del Poder Ejecutivo evacuaron el inmueble y el Congreso del Estado suspendió la sesión, pero la caravana de los normalistas se dirigió a las instalaciones de la FGE, en el sur de la ciudad, que estaban resguardadas por la Guardia Nacional y agentes estatales.
La valla conformada por los oficiales con equipo antimotines resultó insuficiente ante la cantidad de manifestantes, quienes lanzaron artefactos explosivos, por lo que los oficiales se replegaron.
Al tener el paso libre hacia las instalaciones, los estudiantes ingresaron al estacionamiento, donde destrozaron e incendiaron unos 10 vehículos que estaban estacionados.
También destruyeron los cristales y parte del edificio.
Aunque los agentes intentaron replegar a los normalistas, los jóvenes se organizaron en una segunda embestida para continuar con los destrozos.
Tras una media hora de protesta, los policías lanzaron gas lacrimógeno para dispersarlos.
En el bulevar René Juárez Cisneros, al exterior de la FGE, encendieron otra camioneta y destrozaron varios vehículos estacionados en los alrededores.
Al final, los normalistas abordaron los autobuses con dirección a la normal, en el municipio de Tixtla.
La polémica ha crecido tras la muerte del estudiante el jueves pasado en un retén de la Policía de Guerrero, estado del sur de México donde se intensifican las manifestaciones porque López Obrador no ha resuelto el caso de los 43 jóvenes de Ayotzinapa que desaparecieron ahí en septiembre de 2014.
Los normalistas derribaron la semana pasada una puerta del Palacio Nacional mientras estaba dentro el mandatario, a quien acusan de proteger a militares involucrados, pues la Comisión de la Verdad creada por él concluyó en 2022 que fue un “crimen de Estado” en el que también participó el Ejército.