Las autoridades del condado Lake aseguran que la familia que desató una sangrienta balacera en contra de agentes de la policía en el condado Lake pudo haber sido motivada por “extremismo religioso”.
La balacera dejó a un oficial de Lake muerto y a otros dos heridos el pasado 2 de agosto. Los presuntos responsables – un hombre y sus dos hijas – fueron encontrados sin vida dentro de la residencia. Se sospecha que se autoinfligieron un disparo. El hombre tenía 49 años y sus hijas 22 y 23.
Peyton Grinnell, jefe de alguaciles de Lake, explicó este pasado lunes que, antes de la balacera, Julie Ann Sulpizio –esposa del sospechoso y madre de las dos mujeres identificada –había acusado a sus vecinos de pecadores y había agredido a otra mujer en la cara.
También indicó que ella decía que era enviada especial de Dios y que su esposo era Dios. La mujer y su familia tenían dos perros a los que llamaban "perros del infierno". Los encontraron muertos en el patio de la residencia.
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En su entrevista con investigadores, supuestamente, la acusada no mostró remordimiento por los hechos.
Los detectives encontraron propaganda en contra del gobierno dentro de la residencia ubicada en la calle Brookside drive en Eustis. La familia no tenía historial criminal ni tampoco indicios de pertenecer a algún culto con ideologías extremistas, pero ya hay una investigación abierta a nivel federal para descartar que estén vinculados con alguna organización.
En la casa, también había armas de fuego de alto calibre, un almacenamiento de municiones, chalecos antibalas y máscaras para gases. Los tres, tanto el padre y sus hijas, dispararon contra la policía.
Por otro lado, este lunes hubo una procesión en honor a Bradley Link, el oficial asesinado. Los dos agentes heridos se encuentran en condición estable.
