El gobernador de Florida, Ron DeSantis, pidió este viernes al Gobierno de Estados Unidos que permita reanudar sus actividades a la industria de cruceros, que lleva inactiva desde que comenzó la pandemia de COVID-19, para provocar un "efecto dominó" en la economía estatal.
"Necesitamos que las líneas de cruceros vuelvan a operar", dijo DeSantis durante una mesa redonda en Puerto Cañaveral (sureste de Florida), donde se dieron cita la fiscal general del estado, Ashley Moody, así como ejecutivos de esta industria turística.
"En Florida tenemos todo en marcha excepto las líneas de cruceros porque el Gobierno federal no permitirá que (...) naveguen", reprochó DeSantis.
Una orden de los federales Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que prohíbe a los cruceros embarcar y desembarcar pasajeros en todo el país, ha sido extendida hasta el 1 de noviembre.
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"Los operadores de cruceros no comenzarán ni continuarán operaciones (...) excepto si lo aprueba la USCG (Guardia Costera estadounidense), en consulta con el personal de HHS/CDC, hasta nuevo aviso", indica la orden.
Según expuso el gobernador, "los empleos son muy, muy importantes. Y no son solo para las personas que trabajan en los cruceros. Esto tiene un efecto dominó en todo tipo de pequeñas empresas, operaciones familiares, que prestan servicios a la industria de cruceros", señaló.
La fiscal Moody apoyó al gobernador republicano al afirmar que esta actividad económica, que, entre marzo y septiembre de 2020 ha tenido pérdidas en todo el mundo de $77,000 millones, significa "un gran peso para casi todas las industrias de viajes de los Estados Unidos".
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"Sin embargo", añadió la procuradora, "la administración de (el presidente Joe) Biden mantiene nuestros cruceros atracados, mientras que muchos otros países importantes comienzan a operar cruceros de manera segura bajo pautas de salud".
"La justificación para mantener cerrados los cruceros estadounidenses en el futuro previsible se basa en datos obsoletos y pautas implementadas antes de que tuviéramos una vacuna contra la COVID-19 ", apostilló Moody.
Al margen de la orden de los CDC, varias líneas de cruceros como Royal Caribbean, con sede en Miami, anunciaron que reanudarán sus viajes desde puertos de otros países como Bahamas y Bermudas, con restricciones y medidas como que todos los pasajeros mayores de 18 años deben vacunarse antes de abordar.
Dos barcos de las navieras estadounidenses Royal Caribbean y Celebrity serán los primeros en regresar al Caribe a partir del próximo junio tras una larga parálisis de la industria desde marzo de 2020, debido a la pandemia, y lo harán con pasajeros adultos y tripulación vacunados, anunció la compañía la pasada semana.
En su más reciente informe, la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, en inglés), que representa al 95 % de las compañías con cruceros oceánicos, califica de "devastadoras" las pérdidas por el coronavirus.
CLIA calcula que cada día que los cruceros no están operando significa 2,500 empleos menos.
La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Cava Levine, que hizo hace tiempo la misma petición que DeSantis, calcula que en su condado los cruceros suponen una actividad económica de unos $7,000 millones al año y de ellos dependen 40,000 empleos, además de servir de sostén a otros sectores de la economía.