El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, recibieron este miércoles en la Casa Blanca a un grupo de niños para hacer 'trick or treat' y celebrar su último Halloween en la residencia presidencial.
Como el año pasado, los Biden celebraron una particular fiesta de Halloween centrada en impulsar la lectura entre los más pequeños, una iniciativa de la primera dama, donde además de entregarles caramelos, también regalaban libros a los niños.
El evento 'Hallo-Read' se produjo un día antes de la festividad de Halloween en el Jardín Sur de la Casa Blanca y estaba abierto a hijos y nietos de trabajadores de la institución, militares y demás oficinas y departamentos gubernamentales.
En esta ocasión, Jill Biden, que era la encargada de dar los libros a los niños, se disfrazó de oso panda.
Recibe las noticias locales y los pronósticos del tiempo directo a tu email. Inscríbete para recibir newsletters de Telemundo Orlando aquí.
La primera dama hizo alusión a la reciente llegada de Bao Li y Qing Bao, dos osos pandas procedentes de China, al Zoológico de Washington. Son los primeros osos pandas que Pekín envía a la capital estadounidense en 24 años.
Por su parte, Joe Biden, que daba los caramelos, no iba disfrazado, pero aun así se mostró muy cercano con todos los niños que pasaban por delante de él e interactuó con muchos de sus disfraces.
Ambos estaban situados en el Pórtico Sur y esperaban que los niños y sus acompañantes pasaran por delante de ellos para recibir sus presentes.
EEUU
A los lados, subidos en las escaleras, estaban los músicos de la Orquesta de Cámara de la Marina que no han dejaron de tocar bandas sonoras de series y películas.
Abajo, había dos grandes calabazas de donde salía una enredadera de libros, de acuerdo con la temática de la fiesta, que recorría todos los escalones hasta llegar al balcón, donde había una gran luna naranja con el nombre del evento.
El resto del jardín estaba lleno de calabazas y otros elementos otoñales así como juegos para que los niños disfrutaran.
Las calabazas comestibles, que habían servido de decoración, se donarán después a la organización DC Central Kitchen, que recicla comida de toda la ciudad y de la que forma parte el chef José Andrés.