Los precios mayoristas (al por mayor) en Estados Unidos aumentaron bruscamente en noviembre, señalando que las presiones aún son evidentes en la economía, aunque la inflación ha disminuido desde los niveles máximos que alcanzó hace más de dos años. Lo que refuerza la creencia de que el progreso en la reducción de la inflación se ha desacelerado, informó este jueves la Oficina de Estadísticas Laborales.
El aumento en los precios de los alimentos impulsó la lectura de inflación mayorista de noviembre, que resultó ser más alta de lo que los economistas habían anticipado. Los crecientes precios de frutas, verduras y huevos elevaron los costos de los alimentos al por mayor en un 3.1% desde octubre. Habían permanecido sin cambios el mes anterior.
El miércoles, el gobierno informó que los precios al consumidor subieron 2.7% en noviembre a una tasa anual, y respecto del 2.6% en octubre. El aumento, impulsado por el alza de precios en los automóviles usados, hoteles y comestibles, mostró que la inflación aún no ha sido completamente dominada.
La inflación ha caído desde un máximo de cuatro décadas del 9.1% en junio de 2022 y ahora ha permanecido por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal.
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Por otra parte, las solicitudes de seguro de desempleo por primera vez totalizaron 242,000 en la semana que finalizó el 7 de diciembre, ajustadas estacionalmente, frente a las 220,000 previstas y 17,000 más que en el período anterior.
Las solicitudes de subsidio por desempleo registraron su nivel más alto desde principios de octubre, mientras que las solicitudes continuas, que se retrasan una semana, subieron ligeramente hasta los 1.89 millones. El promedio móvil de cuatro semanas de solicitudes continuas, que suaviza la volatilidad semanal, subió a su nivel más alto en poco más de cuatro años.
A pesar de los modestos aumentos en la inflación el mes pasado, la Fed está preparada para reducir su tasa de interés de referencia la próxima semana por tercera vez consecutiva. En 2022 y 2023, el banco central elevó su tasa clave 11 veces, hasta un máximo en dos décadas, en un esfuerzo por revertir un aumento inflacionario que siguió a la recuperación sorprendentemente fuerte de la economía de la recesión causada por el COVID-19. El enfriamiento constante de la inflación llevó al banco central, a partir del otoño, a comenzar a revertir ese movimiento.
En septiembre, la Fed redujo medio punto porcentual su tasa de referencia, que afecta a muchos préstamos al consumidor y empresariales. En noviembre la bajó un cuarto de punto. Esos recortes bajaron la tasa referencial al 4.6%, desde un máximo de cuatro décadas del 5.3%.
El índice de precios al productor publicado este jueves puede ofrecer una visión anticipada de hacia dónde podría dirigirse la inflación al consumidor. Los economistas también lo observan porque algunos de sus componentes, principalmente los servicios de salud y financieros, fluyen hacia el indicador de inflación preferido por la Fed: el índice de gastos de consumo personal, o índice PCE.
La agenda del presidente electo Donald Trump ha suscitado preocupaciones sobre el futuro camino de la inflación y si la Fed continuará reduciendo las tasas. Aunque Trump ha prometido forzar la baja de precios, otras promesas de campaña, como imponer impuestos masivos a las importaciones, por ejemplo, y deportar a millones de inmigrantes que trabajan ilegalmente en Estados Unidos, son ampliamente vistos como inflacionarios.
Sin embargo, los operadores de Wall Street prevén una probabilidad del 98% de un tercer recorte de la tasa de la Fed la próxima semana, según CME FedWatch.