CASTAIC, California - Más de 50,000 personas estaban bajo órdenes o advertencias de evacuación el miércoles mientras un enorme y rápido incendio forestal arrasaba las escarpadas montañas al norte de Los Ángeles, pero los bomberos dijeron que una rápida respuesta terrestre y aérea les estaba dando la ventaja.
El incendio Hughes se desató a última hora de la mañana y en seis horas calcinó 15 millas cuadradas de árboles y matorrales cerca del lago Castaic, una popular zona de recreo a 40 millas de los devastadores fuegos Eaton y Palisades, que arden desde hace tres semanas. Aunque la región estaba bajo alerta roja, los vientos no eran tan rápidos como cuando se desataron esos incendios, lo que permitió que los aviones de extinción de fuegos arrojaran decenas de miles de galones de retardante.
"La situación en la que nos encontramos hoy es muy diferente a la situación en la que nos encontrábamos hace 16 días", dijo el miércoles por la noche el jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony Marrone.
No se informó de viviendas ni otras estructuras quemadas.
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"Este incendio tuvo una respuesta sólida hoy y, como pueden ver detrás de nosotros, los socorristas están haciendo un gran trabajo para tratar de contenerlo”, expresó Joe Tyler, director de Cal Fire. "Ciertamente, todavía no estamos fuera de peligro", agregó.
Se ordenó la evacuación de más de 31,000 personas. Otras 23,000 personas estaban bajo advertencia de evacuación, según el alguacil del condado de Los Ángeles, Robert Luna.
Partes de la Interestatal 5 que habían estado cerradas comenzaron a reabrirse el miércoles por la noche.
EEUU
Un tramo de 30 millas de la arteria principal que corre de norte a sur se había cerrado para los vehículos de emergencia, para mover equipos y para evitar accidentes debido al humo que se elevaba a través de la autopista. Los equipos en tierra y en aviones que arrojaban agua intentaron evitar que el fuego, impulsado por el viento, avanzara a través de la interestatal y hacia Castaic.
Marrone indicó que debido a que los vientos no eran tan fuertes como hace dos semanas, las tripulaciones de los aviones pudieron arrojar retardante de fuego en el lado sur del incendio, donde se movían las llamas.
Los vientos en el área tenían ráfagas de 42 mph por la tarde, pero se esperaba que aumentaran a 60 mph más tarde en la noche y el jueves, indicó el Servicio Nacional de Meterología (NWS, por sus siglas en inglés) en la red social X.
Los funcionarios de Los Ángeles comenzaron a prepararse para posible lluvia, incluso cuando a algunos residentes se les permitió regresar a las áreas carbonizadas de Pacific Palisades y Altadena. Se esperaba que el clima ventoso durara hasta el jueves y era posible que hubiera precipitaciones a partir del sábado, según el NWS.
"Se pronostican lluvias y la amenaza de flujo de lodo y escombros en nuestras comunidades afectadas por el fuego es real", dijo la supervisora Kathryn Barger durante una conferencia de prensa el miércoles por la mañana.
Los equipos de bomberos llenaban bolsas de arena para las comunidades mientras los trabajadores del condado instalaban barreras y limpiaban las tuberías y cuencas de drenaje.
Las advertencias de bandera roja por riesgo crítico de incendio se extendieron hasta las 10:00 a.m. del viernes en los condados de Los Ángeles y Ventura. Los funcionarios seguían preocupados de que los incendios Palisades y Eaton pudieran romper sus líneas de contención mientras los bomberos siguen vigilando los puntos calientes.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, advirtió que los vientos podrían arrastrar cenizas y recomendó a los angelinos que visiten el sitio web de la ciudad para conocer cómo protegerse del aire tóxico durante el último episodio de los vientos de Santa Ana. La directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, advirtió que las cenizas podrían contener metales pesados, arsénico y otros materiales nocivos.
"Incluso una breve exposición puede causar potencialmente irritación de la piel y derivar en problemas más graves", dijo Ferrer el miércoles, pidiendo a la gente que use equipo de protección mientras limpia.
La baja humedad, la vegetación completamente seca y los fuertes vientos se produjeron mientras los bomberos seguían luchando contra los incendios Palisades y Eaton, que han matado al menos a 28 personas y destruido más de 14,000 estructuras desde que estallaron el 7 de enero.
