Ambiente

Nuestro planeta: EEUU abandonará el Acuerdo de París, ¿qué significa esta decisión?

El gobierno del presidente Trump ha anunciado oficialmente que Estados Unidos abandonará el Acuerdo de París, citando preocupaciones económicas y lo que llama un “trato injusto”.

Telemundo

Por segunda vez, Estados Unidos se retira del Acuerdo de París, una decisión que podría redefinir los esfuerzos globales contra el cambio climático y el papel de esta nación en el escenario internacional. Mientras el mundo enfrenta temperaturas récord, fenómenos meteorológicos extremos y crecientes desafíos económicos, ¿qué significa esta decisión para el planeta? ¿y qué lecciones podemos aprender del pasado?

La decisión y sus justificaciones

El gobierno del presidente Trump ha anunciado oficialmente que Estados Unidos abandonará el Acuerdo de París, citando preocupaciones económicas y lo que llama un “trato injusto”. Según la administración, el acuerdo socava la independencia energética de Estados Unidos, mientras que grandes contaminadores como China continúan operando sin restricciones.

El anuncio viene acompañado de la declaración de una "emergencia energética nacional," que busca aumentar la producción de combustibles fósiles, revertir políticas de energía limpia y finalizar el apoyo federal a proyectos de energía eólica y solar. Según palabras textuales del presidente Trump: “Vamos a perforar, perforar, perforar, y usar el oro líquido bajo nuestros pies para volver a ser una nación rica.”

Contexto histórico: ¿qué pasó la última vez?

No es la primera vez que Estados Unidos abandona el Acuerdo de París. En 2017, el presidente Trump anunció la retirada, que se hizo oficial en 2020, solo para ser revertida por el presidente Biden en 2021. Esa ausencia de tres años dejó profundas cicatrices, tanto a nivel nacional como internacional.

En el ámbito nacional, la primera retirada condujo a un aumento en la producción de combustibles fósiles, mayores emisiones y la reversión de más de 100 políticas ambientales. Además, se suspendieron las contribuciones de Estados Unidos al financiamiento climático internacional, dejando a las naciones vulnerables sin recursos cruciales para enfrentar los desafíos climáticos.

En el escenario internacional, la retirada debilitó la influencia de Estados Unidos en las negociaciones climáticas y permitió que rivales como China y la Unión Europea asumieran el liderazgo. También erosionó la cooperación global, ya que muchas naciones comenzaron a cuestionar la fiabilidad de Estados Unidos como socio en la lucha contra la crisis climática.

¿Qué es diferente esta vez?

Esta segunda retirada ocurre en un contexto dramáticamente distinto. En 2024, las temperaturas globales superaron los 1.5°C por encima de los niveles preindustriales por primera vez, un umbral clave del Acuerdo de París. Según la NASA, este año fue el más cálido registrado, subrayando la urgencia de una acción climática colectiva. Sin embargo, paradójicamente, regiones como el sur de Estados Unidos están experimentando frío extremo debido a corrientes en chorro desestabilizadas, un fenómeno también vinculado al cambio climático según diversos estudios meteorológicos.

Las consecuencias de esta retirada podrían ser más graves que las anteriores. Los analistas advierten de un efecto dominó con países como Argentina considerando también abandonar el acuerdo. Las naciones en desarrollo, que ya están enfrentando riesgos de sequías, inundaciones e inseguridad alimentaria, sufrirán aún más sin el apoyo financiero de Estados Unidos.

En el ámbito nacional, la falta de liderazgo federal podría, de acuerdo a algunos economistas, desacelerar las inversiones privadas y la innovación en energías limpias, dejando a Estados Unidos detrás de competidores como China en el mercado global de energía limpia, valorado en $2 billones de dólares.

Impactos económicos y ambientales

Económicamente, Estados Unidos corre el riesgo de perder oportunidades significativas. Las inversiones en energías limpias están superando a los combustibles fósiles en todo el mundo, pero las políticas de Trump priorizan las ganancias a corto plazo del petróleo y el gas sobre los beneficios a largo plazo de las energías renovables. Expertos estiman que abandonar la Ley de Reducción de la Inflación, la legislación climática emblemática de Biden, podría costar millones de empleos y aumentar los costos de energía para los hogares estadounidenses.

Ambientalmente, los riesgos son aún mayores. El objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a menos de 2°C se aleja cada vez más. Sin la participación de Estados Unidos, el impulso global para reducir emisiones podría debilitarse, lo que de acuerdo a estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, acentuará la ocurrencia de huracanes de rápida intensificación, potenciando el impacto de los incendios forestales y extendiendo el peligro de olas de calor. Todo ejemplo de situaciones que ya están costando al país más de $100,000 millones al año en términos de recuperación y desplazamiento de habitantes.

Una chispa de esperanza

A pesar de una disminuida acción federal a futuro, muchos estados, ciudades y empresas están tomando la iniciativa. Coaliciones como la U.S. Climate Alliance, que representa más del 60% de la economía estadounidense, siguen comprometidas con los objetivos del Acuerdo de París. Líderes locales están impulsando la innovación en energías renovables, con estados como California liderando en energía solar y Texas en energía eólica. Movimientos comunitarios y líderes indígenas también están desempeñando un papel crucial en la defensa de soluciones sostenibles.

A nivel internacional, los países están reforzando su compromiso con el Acuerdo de París, enfatizando que la cooperación global no puede depender de una sola nación. Como dijo el jefe climático de la ONU, Simon Stiell: “la puerta sigue abierta, y damos la bienvenida al compromiso constructivo de cualquier país.”

Conclusión

La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París marca un punto crítico, no solo para la nación, sino para toda la comunidad global. Mientras enfrentamos temperaturas récord y el aumento de los costos de la inacción climática, queda una pregunta: ¿puede el mundo mantener el impulso necesario para combatir la crisis climática sin el liderazgo estadounidense? Esta vez, el tiempo, en términos cronológico y meteorológico, tendrá la última palabra.

Contáctanos