WASHINGTON - Los insultos a Puerto Rico durante un mitin del expresidente Donald Trump este domingo en Nueva York, en el que un comediante dijo que esta era una "isla flotante de basura", pueden resultar en un revés para las aspiraciones del candidato republicano, ya que cerca de un millón de votantes puertorriqueños residen en estados clave.
Previo al discurso de Trump en el Madison Square Garden, el comediante Tony Hinchcliffe dijo que "literalmente hay una isla flotante de basura en medio del océano en este momento, creo que se llama Puerto Rico", comentarios que desataron una ola de rechazo.
"Esto definitivamente le va a costar votos muy valiosos a Trump", dijo el lunes a EFE Raúl Hinojosa, profesor de Estudios Chicanos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Políticos de ambos partidos, artistas y la comunidad puertorriqueña y latina en general en Estados Unidos han repudiado la retórica racista, extrema y vulgar en la que los hispanos en general también fueron señalados de que se reproducen mucho.
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La campaña salió al paso para desmarcarse este lunes de las palabras de Hinchcliffe y señaló que estas no representan a Trump, pero el daño parece estar hecho y el insulto puede hacer que los votos de cientos de miles de puertorriqueños en los siete estados clave se decanten por la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, que este domingo presentó un plan para ayudar a la isla.
Miguel Tinker Salas, analista político y profesor retirado de Estudios Latinoamericanos en la Universidad Pomona, indicó que los insultos del comediante evidencian la retórica racista que siempre ha caracterizado a Trump y quienes le rodean.
"Estos mensajes se han venido repitiendo una y otra vez durante la campaña, cuando se dice que los inmigrantes envenenan la raza. Eso es un ejemplo de esta retórica, no se pueden esconder de que fue 'un chiste'", indicó Tinker Salas.
Hinojosa y Tinker Salas advirtieron que el mayor daño para Trump podría registrarse en el estado de Pensilvania, donde hay una comunidad puertorriqueña muy activa.
Más de 470,000 puertorriqueños viven en Pensilvania, 132,000 en Carolina del Norte y otros 124,000 en Georgia. Además, decenas de miles más residen en Arizona, Wisconsin, Nevada y Michigan, según datos de la oficina del censo.
La mayoría de las críticas se centran en Trump por no censurar las palabras del comediante inmediatamente. El gobernador de Pensilvania, el demócrata Josh Shapiro, dijo el lunes que el republicano no dio ese paso porque "ha hecho carrera atacando a otros, acercándose a la línea, tratando de ser simplemente provocador a expensas de otras personas".
Para Hinojosa se trata de un golpe definitivo que puede marcar la campaña a una semana de las elecciones, y subraya que va a ser muy difícil borrar el impacto mediático, especialmente por el apoyo de artistas como Bad Bunny, Jennifer López, Ricky Martin, Luis Fonsi o René Pérez a Harris.
Las organizaciones latinas de costa a costa también alzaron sus voces exigiendo de la campaña una disculpa y recordando que en su anterior mandato Trump ya había enfilado contra los puertorriqueños y los latinos de raíces mexicanas.
El insulto también le podría pasar factura a Trump en estados que supuestamente ya tiene ganados y a candidatos que lo apoyan. La Mesa Boricua de Florida dijo en un comunicado que el candidato "no debe olvidar" que en ese estado alrededor de 800,000 puertorriqueños tienen la capacidad de ejercer su derecho al voto.
"Con los puertorriqueños Trump no puede usar la retórica de que son inmigrantes ilegales así hablen español", sentenció Tinker Salas.
Es tal el impacto político que los congresistas republicanos por Florida, Carlos Giménez y María Elvira Salazar, acérrimos defensores de Trump, condenaron los comentarios y dijeron que no reflejan los valores de esta formación.
"Esto no es una broma. Es completamente de mal gusto. Puerto Rico es la joya de la corona del Caribe y el hogar de muchos de los estadounidenses más patriotas que conozco", dijo Giménez.
Salazar indicó, por su parte, que se sentía "disgustada" por estos comentarios poco apropiados.